sábado, 27 de febrero de 2010

Desconecta la señal: La verdad no será televisada


por Nathan Janes de Pupaganda.com

Hay una información que fluye constantemente del aparato de televisión; es un bombardeo de palabras e imágenes. La velocidad a la que esta información es comunicada facilita que la señal tome el control, haciendo que el cerebro del espectador pase a stand-by a medida que la información es absorbida sin análisis o cuestionamiento alguno. Hoy día, la continua señal de televisión moldea las conclusiones de la masa y produce la norma colectiva. Prescribe lo que es noticia y lo que es verdad por medio de las palabras de los llamados “expertos” y autoridades, castrando las conciencias y pensamiento independiente de aquellos sometidos a ella. Por medio de la televisión se puede hacer que la masa acepte las monstruosas distorsiones de la realidad. La señal es un constante y frío viento de opresión sobre las mente colectiva. Controla la gestión de la sociedad y la cultura, creando uniformidad en todos los temas.

El combustible para este vehículo de engaño masivo es una técnica conocida como gestión de la percepción, donde se utiliza una serie de técnicas psicológicas para alterar la verdad, llevando al espectador a la conclusión deseada. Algunos llaman a ésto “spin” o propaganda, otros lo conocen como “mentir”. Según Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Adolf Hitler, “Si dices una gran mentira y la repites continuamente, la gente al final acabará creyéndola... así, se convierte de vital importancia para el Estado utilizar todos sus poderes para reprimir a la disidencia, pues la verdad es el enemigo mortal de la mentira, y así por extensión, la verdad es el mayor enemigo del Estado”. La mayor parte de lo que puede verse en lo noticiarios de la noche no son más que anuncios que no venden más que una falsa realidad y mentiras gubernamentales que solamente beneficia a aquellos que tienen el control. La televisión es el dictador de la información; los periódicos y la radio son la campaña de rumores del mensaje televisivo.

Se espera que los americanos sigan la doctrina de la televisión. Se comunica sutilmente que uno debería estar dentro del colectivo y nunca cuestionar el mensaje, pues hacerlo puede ser considerado una agresión a la cultura. El mensaje es, “se un buen consumidor; obedece siempre a la autoridad; no sabes nada; escucha solo a los expertos; estate contento y nunca plantees o expreses nuevas ideas”. Esta señal es transmitida a millones de pantallas, adoctrinando a las mentes inconscientes de aquellos que eligen ésta como su única realidad. La autocensura es algo que ocurre cuando estos individuos pasan a estar tan profundamente adoctrinados que sienten tanto miedo de discutir cualquier información fuera del paradigma de la cultura creada por la televisión; vigilarán estrechamente sus pensamientos para asegurar que no estarán en conflicto con esta cultura.

continua: http://www.investigar11s.org/unplugthesignal.html

4 comentarios:

MARTIN dijo...

Inmenso Nathan Janes.

jm dijo...

Magnifica descripción de la realidad. Gracias, Diana, por subir articulos tan primorosos.

Joseba01 dijo...

Y si lo unimos a internet, que ofrece a la información la posibilidad de moverse en ambas direcciones, es decir enviarte información y recibir la tuya… pues, tenemos montada la carcel en la propia casa de cada un@. Y pienso preocupadamente que nos intentan dirigir hacia ello como si fueramos ganado, que es como nos tratan, en los metros, trenes, aeropuertos… Tal como la industria trata al ganado, sobre todo de camino al matadero. Me preocupa, por lo tanto, me ocupo de ello.

Miguel dijo...

El anuncio publicitario de Securitas Direct -del Grupo Bankinter, creo- transmite al teleespectador la idea que es un irresponsable ni no tiene miedo. Un ejemplo claro de que, para vendernos "seguridad", primero deben crear inseguridad o miedo. Así es cómo la Mafia vende su "protección"
¿Cómo se ha llegado a esto? ¿Cómo es posible que el "ciudadano medio" esté al tanto -leyendo los labios si es preciso- de la vida, milagros e interioridades de cualquier "famoso" o "deportista", ignorando al mismo tiempo que el mundo en que vive -y que herederán sus hijos- está en manos de una banda de terroristas ladrones y asesinos?
El abismo entre la realidad y la percepción que de esa realidad tiene la sociedad no se explica sin la complicidad -activa y pasiva- de los grandes "medios de comunicación".