sábado, 11 de septiembre de 2010

Toda la verdad sobre los ataques del 11-S

El Confidencial
@Esteban Hernández.- 11/09/2010 (06:00h)

 La muerte de Barry Jennings fue muy sospechosa. “Aconteció en condiciones que ni siquiera su mujer y sus hijos han podido conocer. Cualquier solicitud de información al respecto ha sido denegada por los responsables médicos y administrativos que conocen los detalles argumentando razones médicas. De modo que no hay pruebas formales de su asesinato, pero…”. Jennings, quien falleció sin enfermedad aparente a la edad de 53 años, era un técnico que quedó atrapado durante varias horas dentro del edificio WT7 el 11-S. “Cuando fue liberado por los bomberos dijo haber escuchado numerosas explosiones. Dio un testimonio muy válido en directo delante de las cámaras de la CNN. Era alguien que no ofrecía ninguna duda: quien ha salido del infierno hace 10 ó 15 minutos no puede inventarse la información”.

El testimonio de Jennings es importante, asegura Éric Raynaud, periodista francés y autor de 11-S. Las verdades ocultas (Ed. Foca) por dos motivos. En primer lugar, subraya un hecho que a menudo se pasa por alto, que ese día se hundieron tres torres, y una de ellas, la WT7, no había sido afectada por el choque de ningún avión. El segundo, que Jennings (quien había sido amenazado para que no siguiera realizando tales afirmaciones) señala inequívocamente las explosiones como la causa del desplome de la torre. Días después de su muerte, otro testigo, Kenny Johanemann, que había escuchado explosiones en diferentes plantas de las Torres Gemelas, se suicidó. “Oportunamente”, apostilla Raynaud, “toda vez que así no pudo declarar en la investigación oficial”.

Pero éstos distan mucho de ser los únicos hechos oscuros en el 11-S. La versión oficial es falsa en muchos de sus puntos, asegura Raynaud, “ya que contra el Pentágono no se estrelló ningún avión, las llamadas desde los aviones que se filtraron a la prensa eran imposibles de realizar a través de los móviles en 2001 y el derrumbe de los edificios se produjo a una velocidad que sólo era posible en el caso de que hubieran estado preparados para una demolición controlada”. Además, en los últimos tiempos hemos podido conocer nuevos elementos, como fue el descubrimiento entre los restos de las torres de nanotermita, “un explosivo muy potente de uso estrictamente militar y cuya utilización explicaría por qué se les fundían las botas a los bomberos que buscaban posibles supervivientes entre los escombros”.

Por último, también hay hechos que no han sido explicados, como es el caso de “las reuniones de trabajo o de los consejos de administración de grandes sociedades que debían celebrarse esa mañana en el WTC y que se reprogramaron poco antes de los atentados para que tuvieran lugar en otros lugares de Nueva York”, o que “varios de los magnates que tenían su oficina en el WTC se encontrasen el día de los atentados en Omaha, en una reunión a la que se sumó horas después George W. Bush”.

Las tesis de Raynaud no son obra de la investigación de un periodista aislado. Más propiamente, lo que hace en su libro es recoger, sistematizándolas, buena parte de las revelaciones subterráneas que han circulado durante estos años. Muchas de ellas provienen de la asociación norteamericana 9/11 Truth. Para la estadounidense Diana Castillo, vicepresidenta de su versión española, la Asociación por la verdad del 11 de Septiembre, son tantos los datos que apuntan hacia la falsedad de las conclusiones de la investigación oficial que sólo por la presión de los medios, que siguen apoyándola a rajatabla, es posible que la mayoría de población siga en la ignorancia.

“Mucha gente sigue pensando que el 11-S tuvo que ver con el terrorismo islámico ya que le cuesta mucho creer que los medios de comunicación pueden mentir en un asunto como este. Otros prefieren ignorar las pruebas. Como el tema les asusta, miran hacia otro lado diciendo que ellos sólo se preocupan de su familia y de su trabajo”. La tarea de la asociación, afirma, tiene una dificultad añadida, en tanto toda explicación que se aparte de la versión oficial es tachada de conspiranoica, “una palabra que usan como sinónimo de locura y que utilizan intencionadamente para desacreditar lo que exponemos”.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que triste resulta que algunos profesores de universidad digan que el 11S ya no tiene nada que contar y que todo está claro. Y lo dicen de nuevo sin argumentar, sin razonar, solo despotricando contra "4 locos" conspiranoicos. Muy triste es propagar la ignorancia, aunque desde la lógica capitalista, es muy recomendable hacerlo. Algun dia se sabrá la verdad y entonces algunos tendran que disculparse.

Unknown dijo...

Excelente amigo, no hay como expandir la verdad a cielo y tierra. Por mi parte mi pequeña contribucion es la siguiente. http://profeciasyculturas.blogspot.com/p/secretos-del-mundo.html

espero que todo el mundo interesado en la verdad quiera conocerlo puesto que la prensa y la television son armas del poder oscuro que evita que se sepa y manipula las mentes del mundo. Saludos y felicidades por el artíciulo.

SaludyWeb

Kiski dijo...

La verdad siempre sale a la luz y esperemos que cuando salga ya no sea demasiado tarde.
Salud y República!!

Kiski dijo...

La verdad siempre sale a la luz y esperemos que cuando salga ya no sea demasiado tarde.
Salud y República!!