Diez mega corporaciones poseen o controlan los grandes medios de información de Estados Unidos: prensa, radio y televisión. Esa decena de imperios controla, además, el vasto negocio del entretenimiento y la cultura de masas, que abarca el mundo editorial, música, cine, producción y distribución de contenidos de televisión, salas de teatro, Internet y parques tipo Disneyworld, no sólo en el país del norte sino en América Latina y el resto del mundo.
Cientos de millones de estadounidenses, latinoamericanos y ciudadanos de todo el planeta consumen a diario -directa o indirectamente- los productos informativos y culturales de los holdings AOL/Times Warner, Gannett Company, Inc., General Electric, The McClatchy Company/Knight- Ridder, News Corporation, The New York Times, The Washington Post, Viacom, Vivendi Universal y Walt Disney Company, propietarios de los medios más influyentes.
Los diez grupos controlan los diarios nacionales de mayor circulación, como el New York Times, USA ToDay y Washington Post, cientos de radioemisoras y las cuatro cadenas de televisión con mayor audiencia en sus programas de noticias: ABC (American Broadcasting Company, de Walt Disney Company), CBS (Columbia Broadcasting System, de Viacom), NBC (National Broadcasting Company, de General Electric) y Fox Broadcasting Company (de News Corporation). Quienes manejan estos medios adquirieron una importante cuota de poder que no emana de la soberanía popular, sino del dinero, y responde a una intrincada madeja de relaciones entre los medios informativos y de comunicación y las más grandes corporaciones transnacionales estadounidenses, como la controvertida petrolera Halliburton Company, del vicepresidente Dean Cheney; el Carlyle Group, que controla negocios de la familia Bush; la proveedora del Pentágono Lockheed Martin Corporation, Ford Motor Company, Morgan Guaranty Trust Company of New York, Echelon Corporation y Boeing Company, para citar pocas.
El discurso dominante de los diez grandes imperios comunicacionales ofrece propaganda política, crea opinión pública y persuade en favor de la ideología conservadora dominante; justificó las invasiones imperiales de Irak y Afganistán y, en general, moldea las mentes y lava los cerebros de una población que además paga por estar "informada", ya sea a través del mecanismo de la publicidad de los productos que consume o mediante suscripción directa del cable. Por lo tanto, "informar" también es un pingüe negocio para estas corporaciones.
En vez de dotar al ciudadano "informado" de una visión crítica y vigilante, el control mediático lo transforma en un consumidor pasivo de entretenimiento y en un espectador desinformado de la política… por televisión. El control interesado de la información por parte de los medios más influyentes comienza desde la selección misma de lo que se considera "noticia", es decir, ellos deciden, sin que nadie los haya elegido para esa tarea, qué "noticias" se darán a conocer a los ciudadanos y su control incluye cómo deberán conocerla, o sea, la presentación, tratamiento y enfoque de los hechos a través de los "hombres ancla" o presentadores de noticias, las imágenes a utilizarse o la intencionalidad de los textos de los grandes periódicos.
Paradójicamente, estos diez grandes imperios mediáticos muestran a Estados Unidos como una democracia ejemplar, regida por el llamado "sueño americano de la libre competencia", donde todos tendrían "iguales posibilidades de competir y triunfar", e incluso tener sus propios periódicos. Probablemente queden pocos ingenuos que comulguen con ese dogma.
1 comentario:
Los amos de la prensa en América Latina
http://chemtrailsbaires.wordpress.com/2008/03/28/los-amos-de-la-prensa-en-america-latina/
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