LONDRES.- El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, en un discurso emitido por la cadena de televisión privada británica Chanel Four, que desde 1993 ofrece un discurso alternativo al de la reina Isabel II, ha recordado que "la responsabilidad de todos los seguidores de Cristo y las religiones abrahámicas es preparar el camino para el cumplimiento de la promesa divina y el arribo de esa era feliz, luminosa y maravillosa".
Para él, la solución a los problemas de hoy es "regresar al llamamiento de los divinos Profetas. La solución a estas crisis es seguir a los Profetas".Ahmadineyad, uno de los políticos más controvertidos del mundo, sobre todo por su hostilidad hacia Israel, habló de cómo muchos problemas y crisis sociales se derivan de un rechazo a las enseñanzas de los profetas de Dios, incluido Jesucristo.
"Todos los Profetas llamaron a la adoración de Dios, al amor y la fraternidad, al establecimiento de la justicia y al amor en la sociedad humana. Jesús, el Hijo de María, es el abanderado de la justicia, del amor por nuestro prójimo, de la lucha contra la tiranía, la discriminación y la injusticia", ha afirmado.
Para el presidente de Irán, los problemas de la humanidad se crearon porque ésta "siguió un sendero malo y despreció el mensaje de los Profetas. "El Todopoderoso fue olvidado y algunos líderes se alejaron de Dios".
'Cristo levantaría la bandera del amor'
Por ello, en su opinión, "si Cristo estuviera hoy en la tierra, sin duda estaría de parte de la gente en oposición a los poderes tiránicos, malintencionados y expansionistas", tal y como ha dicho en su discurso pre-grabado en farsi y subtitulado al inglés.Para él, Cristo "lucharía contra las políticas tiránicas de los sistemas económicos y políticos globales predominantes, como hizo en su momento". "Sin duda estaría de parte de la gente en oposición a los poderes tiránicos, malintencionados y expansionistas. Levantaría la bandera de la justicia y el amor para que la humanidad se oponga a los impulsores de la guerra, los invasores, los terroristas y los tiranos en el mundo".
Advierte de que debe haber un "cambio en los objetivos, las intenciones y las direcciones". Y advierte de que si las metas tiránicas son empaquetadas de nuevo en un envase atractivo y engañoso e impuestas a las naciones otra vez, la gente, despierta, se levantará contra ellas".
Finalmente, el presidente se ha mostrado optimista y ha afirmado de que "una ola de esperanza está ganando velocidad. Creemos que Jesucristo regresará, junto con uno de los hijos del reverenciado Mensajero del islam, y liderará al mundo hacia el amor, la fraternidad y la justicia", ha asegurado.
En la despedida, ha expresado su deseo de que "la voluntad colectiva de las naciones se una en el no tan distante futuro y con la gracia del Señor Todopoderoso, que la era luminosa llegue para reinar en la tierra".
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