jueves, 6 de marzo de 2008

EEUU:Cómo se mantiene «El Estado profundo» a pesar de la alternancia política partidista

La continuidad del poder en Estados Unidos, detrás de la Casa Blanca
por Thierry Meyssan*
Sesenta años de propaganda atlantista nos han convencido de que Estados Unidos es una gran democracia. Sin embargo, ningún observador cree que Ronald Reagan o George W. Bush ejercieron realmente el poder inherente al cargo presidencial. Entonces ¿quién preside? Los observadores también están de acuerdo en que, después del segundo recuento de los votos, Al Gore había ganado la elección presidencial del 2000. Entonces, ¿por qué se encuentra George W. Bush en la Casa Blanca? Preguntas a las que ningún periodista quiere responder. Thierry Meyssan rompe con el tabú.

Durante los últimos 60 años, Estados Unidos se dotó de lo que se ha dado en llamar «aparato securitario de Estado». Este se conformó como un Estado detrás del Estado, encargado de dirigir desde la sombra la guerra fría contra la URSS y, más, tarde de ocupar el espacio que dejara vacante el desmantelamiento de la Unión Soviética y de dirigir la guerra contra el terrorismo. Dispone de un gobierno militar fantasma designado para reemplazar el gobierno civil, en caso de que este último quedase decapitado durante un ataque nuclear.

En su célebre discurso de adiós, el 17 de enero de 1961, el presidente Eisenhower declaró: «En los consejos de gobierno, tenemos que tener cuidado con la adquisición de una influencia ilegítima, deseada o no, por parte del complejo militaro-industrial. Existe el riesgo de un desastroso desarrollo de un poder usurpado y [ese riesgo] se mantendrá. No debemos permitir nunca que el peso de esta conjunción ponga en peligro nuestras libertades o los procesos democráticos».

Este aviso resultó sin embargo insuficiente. La lógica del «aparato securitario de Estado» ahogó poco a poco la de las instituciones que ese mismo aparato debía proteger. El complejo militaro-industrial utilizó su poder para modificar las instituciones civiles según su propia conveniencia, en vez de ponerse al servicio de estas. En definitiva, el lobby de la guerra falseó el proceso electoral y logró decidir, en cada elección presidencial, quién sería el ocupante de la Casa Blanca.

Continua: http://www.voltairenet.org/article155706.html


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