La Asociación por la Verdad sobre el 11 de Septiembre de 2001 (investigar11s.org) hace un llamamiento a todos los ciudadanos y organizaciones que velan por los Derechos Humanos en Palestina, para que cese el acoso mediático e institucional al que está siendo sometido el delegado de la ONU para los derechos de los palestinos Richard Falk.
En la inauguración de la primera sesión del año del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU —celebrada en Ginebra el pasado 25 de enero—, la embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, entre otros, solicitaron que Falk abandone su puesto o que el CDH lo despida, debido a las declaraciones realizadas por Falk en las que asegura que la versión oficial de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EE.UU. es completamente falsa. Falk sufre este acoso a pesar de las consecuencias del 11-$, como "La Guerra Contra el Terror" y el cada vez mayor control y rigor militar en la vida civil.
En estos momentos, la voz más influyente en la ONU para los Derechos Humanos en Palestina está siendo silenciada por decir LA VERDAD de un acontecimiento que el Imperio no quiere escuchar. No es la primera vez que Falk desmiente la versión oficial del 11-$ ante la ONU ni es la primera vez que investigar11s.org transmite este desmentido a los españoles.
Requerimos a la comunidad pro-palestina que convoque urgentemente manifestaciones en apoyo a Richard Falk y a sus declaraciones ante la ONU. La convocatoria de esta manifestación no es competencia de nuestra Asociación y consideramos que es un deber de las vuestras.
¡MANIFESTACIONES EN APOYO A RICHARD FALK YA!
3 comentarios:
haber si aqui los medioa hacen como con el wikileaks y empiezan a ponerlo en las portadas de los periricos
Me da a mi que no van a mover un dedo
Sería bueno seguir la pista a este asunto de cómo el Imperio puslandés persigue a un disidente que es, para colmo, judío y estadounidense a la vez, y todo por osar decir una verdad incómoda (la que nunca dirá Al Gore).
Sería bueno seguir la pista a este asunto de cómo el Imperio puslandés persigue a un disidente que es, para colmo, judío y estadounidense a la vez, y todo por osar decir una verdad incómoda (la que nunca dirá Al Gore).
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