Realmente, el caballero Alcor no ha escrito el post. Ha sido la traslación de una conversación privada —con unos antecedentes y contextos muy concretos— convertida en pública. Al margen de ese contenido se puede entender con mayor o menor acierto.
Realmente estamos «condenados» a entendernos; no sólo a sentirnos unidos sino a disfrutar de que estamos unidos, que somos uno. En menos tiempo del que podemos imaginar pueden suceder dos posibilidades:
· Que nos reordenen en un campo de concentración planetario en el que tendríamos que aprender urgentemente a convivir en condiciones desconocidas e incomprensibles.
· Que el clamor de la dignidad humana se concentre en una rebelión que suceda ya, y que ocurra finalmente por una causa: sentirnos unidos. Sin dualidades, sin dicotomías, sin diferencias.
Por eso estamos «condenados/invitados» a entendernos.
Conocer los hechos acaecidos realmente el 11-S no es una cuestión de derechas ni de izquierdas, al igual que saber que la tierra no es el centro de todo el Universo no es de derechas ni de izquierdas, de feministas o de machistas. Conocer la versión no oficial del 11-S es el cabo del hilo del que podemos tirar para ayudarnos a salir del laberíntico laboratorio Civilización. Que la tierra no sea tan plana como imponía la versión oficial es independiente a que cada uno se pueda identificar con la ideología que considere o con equipo de fútbol que le parezca. Respeto profundamente los gustos y adicciones de cada uno.
No tengo prejuicios con la derecha ni con la izquierda porque la versión oficial del 11-S vale para saber que estamos siendo manipulados sin distinción de ideologías, de credos, de latitudes, de edades ni de sexos.
Que me sintiera respetuosamente acogido entre ellos —como era previsible— debería valer para que entendiéramos que los prejuicios son exactamente eso: prejuicios. Vivimos esclavizados a unos protocolos que facilitan encontrar las diferencias cuando lo más sencillo es sentirnos uno, unidos.
En vez de preocuparnos porque la Agenda se cumpla con el beneplácito de las víctimas, podríamos ocuparnos de aprender a saber que todos somos hermanos.
Caballero Alcor
3 comentarios:
El problema Caballero Alcor, es que el $i$tema ya dispuso hace mucho de un método para deshacerse de discursos que como el tuyo demuestren la falsedad de la versión oficial, para que no alteréis el orden establecido.
El método es sencillo: dotar a un sector político de corrección política absoluta y trato de favor ante la ley (destruyendo así las bases democráticas) y que éste sector absorba todo discurso disidente, lo haga suyo y así limite su trascendencia.
Este método de perpetuación en el poder no es nuevo ni innovador, analizando cualquier dictadura del s.XX podemos encontrar muchos casos parecidos.
¿Quién te acusa y te desacredita por dar tu conferencia de siempre en un sitio "políticamente incorrecto"? Paradójicamente aquellos que se hacen llamar "plurales".
En cualquier caso, a buen entendedor pocas palabras bastan.
Yo he estado en actos de investigar 11S en la ONG izquierdista Paz Ahora y en el CAUM, otra organización "roja". Dar charlas en cualquier organización que lo pida, independientemente de ideologías, parece razonable. No me gusta DN y el franquismo me repugna pero no creo que se pueda acusar a esta asociación de ser de "extrema derecha". ¿No estuvisteis tambien una vez en la okupación del Patio Maravillas? Como si dan una charla en una sede del PSOE o PP. Cuanta mas gente se entere, mejor.
En relación a dar conferencias en locales de DN quiero aclarar que nosotros entendemos nuestra militancia como una forma de ver la política desde un sentimiento nacional y pedimos democracia (ahora no tenemos en el mundo occidental), totalmente legítimo, y asimismo respetamos cualquier idea política de otro particular o colectivo, otra cosa es que no la compartamos, que nos tachan de lo que sea no importa ahora que respeten al que quiera dar su opinión de forma libre.
Caballero Alcor no dude que mi mujer y yo iremos a escucharle a DN con atención y lamento que le vituperen por ejercer su Libertad.
Un saludo.
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