«Toda la guerra se basa en el engaño.»
(Sun Tzu, El arte de la guerra)
Los motivos para el acoso a Siria e Irán son múltiples. Desbordan lo económico (petróleo, gas, dólar, euro...) y lo geopolítico (control de Oriente Medio –implicación sionista– y de Asia Central, cerco a Rusia y China). Es un error pensar, como a menudo se hace en ámbitos marxistas pero también antimarxistas, en clave meramente economicista. Ni siquiera la voluntad de poder, con ser más abarcante, agota las razones de tamaño furor belicista. Como veremos al final, existen además aquí peculiares motivaciones de origen religioso (pero no musulmán, pese a la geografía implicada) que muy raramente se tienen en cuenta.(Sun Tzu, El arte de la guerra)
Aunque no se desdeña a ningún país que apoye a los palestinos –casos también de Siria y de la ya extinta Libia de Gadafi–, el gran objetivo del imperialsionismo es Irán, previsto como la última parada del tren imperialista. Pero en todos estos años de política hostil y de difamaciones contra ese país no se han logrado superar los obstáculos para atacarlo abiertamente. Son numerosos los portavoces del bando agresor que, a pesar de alguna exhibición de arrogancia, han reconocido los grandes problemas implicados en tales planes (ver 1, 2 y 3). Así que de momento se limitan, que no es poco, a realizar acciones terroristas en su territorio (drones, asesinatos de científicos...) y a castigar a su población con sanciones económicas. A la vez, machacan a su aliada Siria por medio de mercenarios vinculados a Al Qaeda y a los Hermanos Musulmanes. Se busca de este modo lograr el máximo aislamiento iraní para quebrar su resistencia y, llegado el caso, proceder a la invasión del país.
Siria: Acoso implacable, apoyos precarios
En su carrera fatal para acabar con el régimen de Asad (ver), los dictadores del mundo se han anotado otro tanto estas últimas semanas, puede que de los más decisivos. Ha sido tras la matanza de Hula, al hilo de la cual hemos vivido (la mayoría sin enterarse, claro está) otro monumental episodio de desinformación. Los medios sistémicos corrieron a imputar la masacre al gobierno sirio pese a las protestas de este, y los países (pro) imperiales se apresuraron a expulsar a los embajadores sirios. Resultaba curioso que, casi a la vez, el secretario general de la ONU y fiel servidor de Occidente, Ban Ki-moon, reconociera al fin la existencia de «grupos terroristas establecidos» en suelo sirio.
Continua : http://lacomunidad.elpais.com/periferia06/2012/6/9/perspectivas-globales-ii-ii-siria-iran-y-imperio
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