Por fin es historia. Acabé harto pero reconozco que me lo he pasado pipa en Sitges a las puertas del Hotel Dolce haciendo realidad mi sueño de cubrir un encuentro de los Bilderberg. Por supuesto, los resultados no han estado a la altura de lo esperado pero ha valido la pena. He conocido a Jim Tucker, Charlie Skelton me ha citado de pasada en The Guardian, y me compré la camiseta oficial (foto). Con eso me vale. Con eso y con el recuerdo de toda la gente que he conocido.
Por lo que respecta a las conclusiones, si la reunión de Bilderberg no ha sido un sueño es que las cosas van a cambiar. Lo que hace unos años era la cita más secreta y exclusiva de ‘los amos del mundo’ (aunque no la única) es ahora una romería. Cuando, en 1999, Jon Jonson llegó para escribir Extremistas: Mis aventuras con los radicales, no se pudo acercar sin que saliera de debajo de una piedra alguien de seguridad que, sin necesidad de identificarse, le invitaba a irse y cerrar el pico. En cambio esta vez colarse era un juego de niños y la noticia ha salido a tutti plein en RTVE. Bueno, ¡hasta en Sálvame! No digo más.
Sobre los asistentes, es difícil saber. La lista oficial (las protestas les han obligado a abrir página web) incluye 124 invitados de los que 12 son españoles (13 si contamos a Almunia que acude como miembro de la Comisión Europea). Dato curioso, en la lista no hay nadie del PP. Skelton dice que, fuera de carta, estaba Esperanza Aguirre. Podría ser, la lista oficial nunca es completa.
Salvo que alguien confirme el listado –casi imposible- no se puede saber hasta qué punto es cierto, pero varias fuentes (incluso del personal del Hotel Dolce) aseguran que hubo invitados que, finalmente, declinaron acudir por miedo a salir en la prensa y/o porque ha perdido ese saborcito de exclusividad. Si es verdad, sería una prueba más de que Bilderberg como punto de encuentro tiene poco futuro. Aunque de lo que decimos los conspiranoicos ya no me creo ni lo escribo yo.
continua: http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/desde_el_mas_alla/2010/06/09/bilderberg-y-sanseacabo.html
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