Foto: The New York Times
New York Times, 20/4/2008 - En el verano de 2005, el gobierno de Bush se enfrentaba a una nueva ola de críticas sobre Guantánamo. El centro de detención había sido calificado de "el gulag de nuestro tiempo" por Amnistía Internacional. Hubieron nuevas denuncias de abusos por parte de los expertos en derechos humanos de Naciones Unidas que demandaban su cierre.
Los expertos en comunicación de la Administración respondieron con rapidez. El viernes. temprano por la mañana, metieron a un grupo de oficiales militares retirados en uno de los aviones utilizados normalmente por el vicepresidente Dick Cheney, y volaron a Cuba para hacer una visita a Guantánamo cuidadosamente orquestada.
Para el público, estos hombres son miembros de una familiar fraternidad, que son presentados decenas de miles de veces en televisión y radio como "analistas militares", a quienes sus largos servicios los han dotado para emitir sentencias con autoridad y sin restricciones sobre las cuestiones más apremiantes del mundo post-11 de septiembre.
Escondida tras esa apariencia de objetividad, sin embargo, hay un aparato de información del Pentágono que ha utilizado a estos analistas en una campaña destinada a generar una cobertura de noticias favorable de la labor de la administración durante la guerra, según ha revelado un examen realizado por The New York Times.
Este intento, que comenzó con los preparativos de la guerra de Irak y que continúa hasta nuestros días, ha intentado explotar alianzas ideológicas y militares, y también una potente dinámica financiera: la mayoría de los analistas tienen vínculos con los mismo contratistas militares que tienen intereses en la política de guerra, y que son a los que se les pide que evalúen.
Estos vínculos de interés casi nunca son revelados al público, y a veces ni siquiera a los propios medios de comunicación, aunque colectivamente, los hombres del avión y otras varias decenas de analistas militares representen a más de 150 contratistas militares, ya sea como miembros de lobbies, altos ejecutivos, miembros de juntas directivas o consultores. Estas compañías no sólo incluyen a pesos pesados de la defensa, sino también a cientos de pequeñas empresas, todas parte de un vasto conjunto de contratistas luchando por cientos de miles de millones de dólares en el negocio militar generado por la guerra del gobierno contra el terrorismo. Se trata de una competencia dura, en la que la información privilegiada y de fácil acceso por los altos funcionarios es muy apreciada.
911Blogger, por Loose Nuke, 6/11/2009 - El 20 de abril de 2008 The New York Times dio la noticia de que el Pentágono y miembros de la administración Bush se estuvieron coordinando con analistas militares retirados para tratar sobre los puntos a cubrir en sus apariciones en los medios, como parte de una "operación psicológica" (Psyop) para vender al público americano el 'mundo post-11S', la 'Guerra contra el Terror ", Guantánamo, la tortura y la continua ocupación de Irak. Estos "analistas", muchos de los cuales se ha revelado que tenían conflictos de interés, tales como vínculos financieros con contratistas de defensa, aparecieron más de 4500 veces en los medios de comunicación como parte de esta campaña. Los medios de comunicación responsables de participar en el programa-que incluía al New York Times- en general no reconocen responsabilidad alguna por su parte. Algunos comentaristas trataron de dar la vuelta a la PSYOP simplemente diciendo lo que el Pentágono les había dicho. Una investigación del Inspector General del Departamento de Defensa no encontró ninguna actuación incorrecta por parte del Pentágono, pero más tarde el informe resultó con tantos fallos que se retractaron y lo retiraron de la página web del Departamento. Recientemente, RawStory.com ha publicado los resultados de su propia investigación sobre el programa, que ha descubierto nuevas pruebas, así como indicaciones de que los esfuerzos del Pentágono para manipular a la opinión pública continúan bajo la administración de Obama. Rawstory: Pentagon used psychological operation on US public, document shows
New York Times, 20/4/2008 - En el verano de 2005, el gobierno de Bush se enfrentaba a una nueva ola de críticas sobre Guantánamo. El centro de detención había sido calificado de "el gulag de nuestro tiempo" por Amnistía Internacional. Hubieron nuevas denuncias de abusos por parte de los expertos en derechos humanos de Naciones Unidas que demandaban su cierre.
Los expertos en comunicación de la Administración respondieron con rapidez. El viernes. temprano por la mañana, metieron a un grupo de oficiales militares retirados en uno de los aviones utilizados normalmente por el vicepresidente Dick Cheney, y volaron a Cuba para hacer una visita a Guantánamo cuidadosamente orquestada.
Para el público, estos hombres son miembros de una familiar fraternidad, que son presentados decenas de miles de veces en televisión y radio como "analistas militares", a quienes sus largos servicios los han dotado para emitir sentencias con autoridad y sin restricciones sobre las cuestiones más apremiantes del mundo post-11 de septiembre.
Escondida tras esa apariencia de objetividad, sin embargo, hay un aparato de información del Pentágono que ha utilizado a estos analistas en una campaña destinada a generar una cobertura de noticias favorable de la labor de la administración durante la guerra, según ha revelado un examen realizado por The New York Times.
Este intento, que comenzó con los preparativos de la guerra de Irak y que continúa hasta nuestros días, ha intentado explotar alianzas ideológicas y militares, y también una potente dinámica financiera: la mayoría de los analistas tienen vínculos con los mismo contratistas militares que tienen intereses en la política de guerra, y que son a los que se les pide que evalúen.
Estos vínculos de interés casi nunca son revelados al público, y a veces ni siquiera a los propios medios de comunicación, aunque colectivamente, los hombres del avión y otras varias decenas de analistas militares representen a más de 150 contratistas militares, ya sea como miembros de lobbies, altos ejecutivos, miembros de juntas directivas o consultores. Estas compañías no sólo incluyen a pesos pesados de la defensa, sino también a cientos de pequeñas empresas, todas parte de un vasto conjunto de contratistas luchando por cientos de miles de millones de dólares en el negocio militar generado por la guerra del gobierno contra el terrorismo. Se trata de una competencia dura, en la que la información privilegiada y de fácil acceso por los altos funcionarios es muy apreciada.
3 comentarios:
Grupos lobistas anti-castristas y lo que pagan a congresistas de Washington para el bloqueo de Cuba;
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=94740&titular=publican-montos-de-dinero-a-congresistas-en-washington-para-favorecer-bloqueo-contra-cuba-
-Weissman-
LA SOBERANA ORDEN DE MALTA EN ESPAÑA;
http://elproyectomatriz.wordpress.com/2009/11/04/soberana-orden-militar-de-malta-en-espana-y-un-guino/
Sin desperdicios....
Juntos de la mano como no podria ser de otra forma] con la dictadura fascista del General Franco.
Ahora que me expliquen los que decian que "la masoneria y la SOM eran los mismos"..... cuando precisamente la masoneria se posicionó con la II Republica Española y fueron los masones perseguidos, difamados, y fusilados por el bando del General Franco durante los casi 40 años de dictadura......
-Weissman-
Es que al amigo Franco los masones se dice que no lo quisieron ni en pintura :)
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