Escrito por: Cordura el 19 Mar 2011 - URL Permanente
En febrero de 1991, ya en la fase terrestre de la llamada Guerra del Golfo, las tropas iraquíes se retiraban ante el acoso de la Coalición internacional que llevaba más de un mes bombardeando sin misericordia su país (causando infinidad de “daños colaterales”). La retirada era ya una rendición de facto, pero entonces la Coalición –liderada por el Imperio– envolvió a los soldados en fuga y les provocó una carnicería. El pretexto había sido liberar Kuwait de las manos de Sadam. Después, con la victoria de los coaligados, llegaría unangustioso bloqueo que duraría doce años más y multiplicaría brutalmente las víctimas civiles, en parte a causa de varias oleadas de bombardeos al menos en las zonas de exclusión aérea.
Para rematar a Irak –pero aún están en ello–, en marzo de 2003 una nueva coalición liderada por el Imperio lo invadía de nuevo. Sus ocupantes, durante estos ocho años, han acumulado sangre sobre sangre y fuego sobre fuego. Y, como no podía ser menos, han controlado el petróleo iraquí. El pretexto había sido que el gobierno de la antigua Mesopotamia tenía armas de destrucción masiva.
En marzo de 2011, casi como para celebrar el octavo aniversario de la agresión a Irak, otra coalición internacional –como siempre, liderada por el Imperio, pero esta vez más “benefactora” que nunca– ya tiene licencia legal para agredir a Libia en virtud de la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU. Y lo hará a pesar de que el tirano Gadafi ya haya decretado el alto el fuego. Para ello cuenta con la “legitimidad moral” de invocar como únicos testigos –así lo ha venido haciendo desde el principio del conflicto– a los rebeldes contra el coronel, que obviamente lo que quieren es desplazar a éste del poder para ocuparlo ellos. Testigos que, como cabría esperar, arguyen que Gadafi sigue bombardeando a pesar del “alto el fuego” (lo arguyen pese a lo poco que le interesaría en estos momentos al dictador proceder así). De este modo, donde hasta ahora hay cientos de muertos constatados –con toda la tragedia que eso implica–, las cifras pueden multiplicarse fácilmente si todo discurre según los cauces a que las coaliciones internacionales nos tienen acostumbrados. Libia es el primer país petrolero de África. El pretexto para la intervención ha sido los bombardeos sobre civiles. Continua: http://lacomunidad.elpais.com/periferia06/2011/3/19/chapeau-agresion-imperialista-libia-ya-es-legal
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