Mathaba, 28/1/2010, Fuente Original - Naciones Unidas respaldó hoy la devastadora acusación contra el gobierno británico en las que se afirma que éste ha sido cómplice de abusos y posible tortura de residentes durante “la guerra contra el terror”.
Por James Slack, para el Daily Mail – El estudio que causó la inmediata conmoción en el Foreign Office – decía que no fue el propio Reino Unido el que tuvo detenidos a sospechosos de terrorismo en prisiones de otros países.
Sin embargo, Naciones Unidas dice que el gobierno se aprovechó de sus detenciones al mandar preguntas para que les fueran hechas por los interrogadores o al solicitar o recibir información obtenida por los países que les retenían. El informe sugería también que el Reino Unido se pudo beneficiar del programa “extraordinary rendition” que puso en práctica la CIA, bajo el cual los prisioneros son transferidos a terceros países. Según reza en el artículo “se sabe poco sobre la cantidad de detenidos que han sido confinados bajo requerimiento de otras naciones como el Reino Unido”.
Es un duro golpe para el secretario de asuntos exteriores, David Miliband, que ha negado la implicación británica en la tortura, ya que tener a una entidad con tanta autoridad como Naciones Unidas da más peso a las acusaciones que harán que vuelva de nuevo la controversia.
Los 4 investigadores de derechos humanos independientes que redactaron el informe ven que las detenciones secretas conectadas a las políticas antiterroristas siguen siendo un serio problema – nombraron decenas de países que presuntamente han secuestrado y confinado a sospechosos de terrorismo secretamente desde los atentados del 11 de septiembre.
El documento dice: “La detención secreta como tal puede constituir tortura o maltrato para las víctimas directas así como para sus familias” y afirma que el Reino Unido solicitó, recibió información o proveyó de preguntas a los interrogadores en los casos de varios detenidos a los que nombra, entre ellos se encuentra el caso del ex-prisionero de Guantánamo, Binyam Mohamed, así como el de otros prisioneros cautivos en Pakistán, presuntamente con la implicación británica, Salahuddin Amin, Zeeshan Siddiqui, Rangzieb Ahmed y Rashid Rauf. Detalla el caso de Moazzam Beg, ciudadano británico que fue detenido en Pakistán en enero de 2002 y puesto en libertad en 2005. Señala que durante su detención en Islamabad fue llevado ante agentes de la inteligencia americana y británica y que en Kandajar (Afganistán), fue víctima de durísimas torturas, en las que estuvo completamente desnudo algunas veces y fue interrogado por el FBI, la CIA, la inteligencia militar y el MI5.
Otro ciudadano británico, Azhar Khan, que fue detenido en El Cairo en 2008 sufrió abusos en una prisión egipcia y se le hicieron preguntas relacionadas con el Reino Unido, sus arrestos anteriores y asuntos de su vida privada. Señalaba el informe que Khan había sido arrestado anteriormente en 2004 y que posteriormente afirmaba que el MI5 le había propuesto repetidamente que trabajara para ellos. Mohamed Ezzoueck, ciudadano británico detenido en Kenia en 2007 tras haber cruzado la frontera con Somalia, afirmó que entre los interrogadores se encontraban agentes del servicio británico que le interrogaron acerca de su implicación con grupos terroristas, entre ellos Al Qaeda.
También se tratan denuncias que dicen que la CIA transfirió detenidos usando sus bases en el territorio británico de Diego García del Océano Índico (atolón de 44 Km2), aunque Estados Unidos había asegurado al Reino Unido que las denuncias de que tenían un centro de detención eran falsas.
El ex-secretario del Gabinete en la sombra, David Davis declaró: “este informe es una seria acusación de la implicación del gobierno británico en la tortura, detenciones secretas y de su persistente negativa a esclarecer el asunto”. “Destruye por completo el argumento que ha justificado que el gobierno no haya abierto de inmediato una investigación independiente sobre lo ocurrido, que ha llevado a algunos de sus organismos a estar implicados en el uso de la tortura”.
Reprieve, la organización benéfica legal que representa a Binyam Mohamed, dijo: “las conclusiones resultan incómodas para países como el Reino Unido, que a pesar de que condena públicamente tales prácticas, se revela que es cómplice de crímenes de guerra como secuestro, detención secreta y tortura”. "Es preocupante, indica el informe, que los servicios de inteligencia británicos carezcan de la supervisión que impida que delitos como complicidad en la tortura se repitan en el futuro."
En declaración, el Foreign Office dijo: “el informe no contiene información nueva y repite acusaciones sin pruebas como si fueran hechos. El Reino Unido rechaza el informe de hoy del Consejo de Derechos Humanos al calificarlo como de “sin probar” e irresponsable. Lo más irritante del informe es que a pesar de que han sido preguntados en diferentes reuniones con oficiales para avalar sus afirmaciones y proveernos de la información que nos permitiría investigar las alegaciones, no se nos ha provisto de ninguna información significativa...La posición del Reino Unido en cuanto a las detenciones secretas es clara: nos oponemos a cualquier privación de la libertad que equivalga a situar a los individuos más allá de la protección de la ley. No es verdad que los servicios de inteligencia y seguridad británicos operen sin control o supervisión. No es verdad que nuestra política sea actuar en connivencia, solicitar o participar en abusos a los prisioneros. Ni tampoco es verdad que se encubran estos delitos.
La fiscal general, Baronesa Scotland, ha pedido a Scotland Yard que investigue una serie de casos.
Britain complicit in torture of terror suspects, claims damning UN report
La Tortura que sufrió Binyam Mohamed en Guantánamo Artículo de Naomi Klein
Por James Slack, para el Daily Mail – El estudio que causó la inmediata conmoción en el Foreign Office – decía que no fue el propio Reino Unido el que tuvo detenidos a sospechosos de terrorismo en prisiones de otros países.
Sin embargo, Naciones Unidas dice que el gobierno se aprovechó de sus detenciones al mandar preguntas para que les fueran hechas por los interrogadores o al solicitar o recibir información obtenida por los países que les retenían. El informe sugería también que el Reino Unido se pudo beneficiar del programa “extraordinary rendition” que puso en práctica la CIA, bajo el cual los prisioneros son transferidos a terceros países. Según reza en el artículo “se sabe poco sobre la cantidad de detenidos que han sido confinados bajo requerimiento de otras naciones como el Reino Unido”.
Es un duro golpe para el secretario de asuntos exteriores, David Miliband, que ha negado la implicación británica en la tortura, ya que tener a una entidad con tanta autoridad como Naciones Unidas da más peso a las acusaciones que harán que vuelva de nuevo la controversia.
Los 4 investigadores de derechos humanos independientes que redactaron el informe ven que las detenciones secretas conectadas a las políticas antiterroristas siguen siendo un serio problema – nombraron decenas de países que presuntamente han secuestrado y confinado a sospechosos de terrorismo secretamente desde los atentados del 11 de septiembre.
El documento dice: “La detención secreta como tal puede constituir tortura o maltrato para las víctimas directas así como para sus familias” y afirma que el Reino Unido solicitó, recibió información o proveyó de preguntas a los interrogadores en los casos de varios detenidos a los que nombra, entre ellos se encuentra el caso del ex-prisionero de Guantánamo, Binyam Mohamed, así como el de otros prisioneros cautivos en Pakistán, presuntamente con la implicación británica, Salahuddin Amin, Zeeshan Siddiqui, Rangzieb Ahmed y Rashid Rauf. Detalla el caso de Moazzam Beg, ciudadano británico que fue detenido en Pakistán en enero de 2002 y puesto en libertad en 2005. Señala que durante su detención en Islamabad fue llevado ante agentes de la inteligencia americana y británica y que en Kandajar (Afganistán), fue víctima de durísimas torturas, en las que estuvo completamente desnudo algunas veces y fue interrogado por el FBI, la CIA, la inteligencia militar y el MI5.
Otro ciudadano británico, Azhar Khan, que fue detenido en El Cairo en 2008 sufrió abusos en una prisión egipcia y se le hicieron preguntas relacionadas con el Reino Unido, sus arrestos anteriores y asuntos de su vida privada. Señalaba el informe que Khan había sido arrestado anteriormente en 2004 y que posteriormente afirmaba que el MI5 le había propuesto repetidamente que trabajara para ellos. Mohamed Ezzoueck, ciudadano británico detenido en Kenia en 2007 tras haber cruzado la frontera con Somalia, afirmó que entre los interrogadores se encontraban agentes del servicio británico que le interrogaron acerca de su implicación con grupos terroristas, entre ellos Al Qaeda.
También se tratan denuncias que dicen que la CIA transfirió detenidos usando sus bases en el territorio británico de Diego García del Océano Índico (atolón de 44 Km2), aunque Estados Unidos había asegurado al Reino Unido que las denuncias de que tenían un centro de detención eran falsas.
El ex-secretario del Gabinete en la sombra, David Davis declaró: “este informe es una seria acusación de la implicación del gobierno británico en la tortura, detenciones secretas y de su persistente negativa a esclarecer el asunto”. “Destruye por completo el argumento que ha justificado que el gobierno no haya abierto de inmediato una investigación independiente sobre lo ocurrido, que ha llevado a algunos de sus organismos a estar implicados en el uso de la tortura”.
Reprieve, la organización benéfica legal que representa a Binyam Mohamed, dijo: “las conclusiones resultan incómodas para países como el Reino Unido, que a pesar de que condena públicamente tales prácticas, se revela que es cómplice de crímenes de guerra como secuestro, detención secreta y tortura”. "Es preocupante, indica el informe, que los servicios de inteligencia británicos carezcan de la supervisión que impida que delitos como complicidad en la tortura se repitan en el futuro."
En declaración, el Foreign Office dijo: “el informe no contiene información nueva y repite acusaciones sin pruebas como si fueran hechos. El Reino Unido rechaza el informe de hoy del Consejo de Derechos Humanos al calificarlo como de “sin probar” e irresponsable. Lo más irritante del informe es que a pesar de que han sido preguntados en diferentes reuniones con oficiales para avalar sus afirmaciones y proveernos de la información que nos permitiría investigar las alegaciones, no se nos ha provisto de ninguna información significativa...La posición del Reino Unido en cuanto a las detenciones secretas es clara: nos oponemos a cualquier privación de la libertad que equivalga a situar a los individuos más allá de la protección de la ley. No es verdad que los servicios de inteligencia y seguridad británicos operen sin control o supervisión. No es verdad que nuestra política sea actuar en connivencia, solicitar o participar en abusos a los prisioneros. Ni tampoco es verdad que se encubran estos delitos.
La fiscal general, Baronesa Scotland, ha pedido a Scotland Yard que investigue una serie de casos.
Britain complicit in torture of terror suspects, claims damning UN report
La Tortura que sufrió Binyam Mohamed en Guantánamo Artículo de Naomi Klein
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